Generalmente, en los procesos de separación surgen problemas particulares de cada pareja y familia, y situaciones que se deberán afrontar como consecuencia de la decisión y disolución de la pareja o matrimonio.
Para ello se tiene en cuenta: la gravedad del conflicto y enfrentamiento, el tipo de relación entre los miembros de la familia, la edad de los hijos...
El objetivo es orientar a aquellas personas para facilitar la adaptación a la nueva realidad ofreciendo apoyo psicológico, favoreciendo la expresión y gestión de emociones; dotándolos de habilidades parentales y educativas que minimicen la exposición de los menores a los escenarios de disputas; apoyando a los menores a nivel emocional tanto en ansiedad y estrés como la comprensión de los cambios en el seno familiar.
Desde la orientación y acompañamiento en separación y divorcio se realiza la llamada Mediación Familiar, espacio creado para facilitar a la pareja la comunicación entre las partes y la consecución de acuerdos respecto a los hijos y familia a nivel personal y social.