Los niños viven la ansiedad con especial vulnerabilidad porque no disponen de los conocimientos para controlar sus impulsos y emociones, como sentimientos de nerviosismo, dolor en el pecho, en el estómago, preocupación excesiva, tristeza, rabietas, hiperactividad, orinarse en la cama...
Los niños, de igual manera que los adultos, sienten ansiedad ante diferentes situaciones y experiencias vividas, como puede ser el miedo a la oscuridad, a ir a la escuela, a la separación de los padres...
Tratar la ansiedad infantil es dotar a los familiares de psico-información para normalizar la situación y ayudar al niño a cambiar sus creencias, para que comprenda sus emociones y darle herramientas para afrontar los cambios y la exposición a la situación estresante, como cambios de curso o de clase, de ciudad, de separación de un amigo...